La acción de las manos en equitación tiene una trascendental importancia.
Desde nuestra infancia hemos aprendido a usar nuestras manos para todo tipo de actividad. Sujetamos cualquier objeto con mucha destreza y podríamos pensar que al montar a caballo las riendas van a ser fácilmente manipulables.
Quizá creamos que solo con nuestras manos vamos a controlar y dirigir al caballo a nuestro antojo.
Pero esto no es así, para empezar debemos estar conscientes de la fuerza que puede ejercer nuestra mano sobre el caballo.
Libros recomendados:
Unas riendas y un bocado mal utilizados pueden dañar su boca a tal punto que se resista a obedecer. Podría incluso, con justa razón, llegar a encabritarse con el consiguiente riesgo para caballo y jinete/amazona.
En este artículo vamos a ver cómo montar a caballo con una mano educada y la influencia que tiene esta sobre el animal.
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Índice
ToggleCambiar nuestro “chip”
Cuando montamos a caballo, debemos cambiar la manera natural de utilizar nuestro cuerpo.
Nuestra conexión directa con el caballo es el asiento y los muslos. Allí deben estar concentrados los esfuerzos para mantener nuestro equilibrio.
Frente a un movimiento desequilibrante no debemos sujetarnos solamente de las riendas porque, como lo he mencionado antes, podemos lastimar una zona muy sensible del caballo como es su boca.
Ahora debemos usar, en primera instancia y si es posible de forma exclusiva, asiento-muslos-rodillas, en segunda instancia pantorrillas-pies y en última instancia las manos.
Para lograr este objetivo se requiere de mucha práctica hasta lograr que nuestras acciones se conviertan en un gesto reflejo.
José Manuel Sales Pons, en su blog, escribe de una forma muy acertada, un artículo que recomiendo sobre el paso de peatón a jinete/amazona
Posición de brazos para llevar las riendas
Independientemente de la disciplina que practiquemos, en mi opinión, existe una posición básica para hombro-brazo-codo-antebrazo-mano.
De arriba hacia abajo: nuestros hombros abiertos y descontraídos, nuestros brazos caen verticalmente sin pegar al cuerpo; el codo flexible permite al antebrazo mantener una dirección hacia la boca del caballo y la mano relajada sostiene la rienda con los dedos, listos para abrir o cerrar dependiendo de la tensión que se quiera aplicar a la rienda.
Las manos deben permanecer independientes de cualquier otra parte del cuerpo del jinete/amazona y siempre deben actuar después de las ayudas de piernas y asiento, de lo contrario se pierde la impulsión.
Cómo montar a caballo con una mano educada
Función de las manos
- Reciben y sostienen el impulso del caballo
- Controlan la velocidad del caballo a través de su cambio de equilibrio
- Señalan la dirección que debe tomar el caballo
- Controlan la flexibilidad del cuello del caballo
- Colaboran en la colocación del caballo mediante un suave y permanente contacto
Principio de acción vs reacción
El principio más importante que debemos tener en mente cuando usemos nuestras manos, es el de acción vs reacción.
A una fuerza que impongamos sobre una rienda, el caballo responderá con mayor fuerza en sentido contrario.
Por lo tanto las peticiones deberán ser suaves e indirectas.
El contacto
Entre la boca del caballo y la mano del jinete debe existir un suave contacto.
La rienda debe estar con una ligera tensión que mantenga la comunicación entre caballo y jinete. Este contacto debe ser permanente a excepción de los tiempos de recreación.
La resistencia
Pero una mano suave no es lo mismo que una mano totalmente permisiva.
Cuando el caballo tira de las riendas, si es por necesidad de estirar su cuello una vez, se le debe permitir dejando recorrer las riendas, pero si ya es por defecto y repite varias veces, entonces se debe resistir con fijeza en los hombros y apoyo de nuestro cuerpo en el estribo.
Lo mismo a cualquier aire, nuestra mano nunca debe tirar sino únicamente resistir cuando sea necesario.
Cuando resistimos, cerramos los dedos y los músculos que actúan principalmente son los del antebrazo. El bíceps, lo más relajado posible.
Ángulo cabeza-rienda
Cuando un caballo está en trabajo, el ángulo entre la cabeza y la rienda debe oscilar entre 60° y 70°. Esto va a depender de la verticalidad de la cara conforme su nivel de doma.
El momento que invierte su cuello y abre su cara este ángulo se reduce, el caballo se contrae y obtiene mayor capacidad de resistencia (contra la mano). Es por esto que conviene trabajar al caballo con la frente vertical o un poco por delante de ella.
Por otro lado cuando el caballo se encapota, es decir cuando coloca su cara por detrás de la vertical, el ángulo cabeza-rienda se amplia y pasa el límite recomendado lo que puede causar endurecimiento e inflamaciones.
Este tipo de problemas generalmente se dan por una mano demasiado dura conjuntamente con unas piernas y asiento muy débiles.
Cómo coger las riendas
Es muy importante una sujeción suave y relajada. Cuando el caballo ha sido educado correctamente no hará falta imponer ninguna orden a través de una mano dura.
Sujetaremos la rienda básicamente con el pulgar y el índice, de forma que los demás dedos queden libres para nuestras peticiones indirectas.
Las riendas se fabrican en distintos materiales. Hay de cuero, caucho, Biothane, etc. Personalmente utilizo las riendas de cuero liso por la facilidad de recorrido en mis manos, de acuerdo al “aire” que se esté efectuando. Si tu necesitas un mayor “agarre” para fijar la rienda a determinada distancia, te recomiendo las riendas de goma antideslizantes. También una buena opción son las riendas Biothane, material bastante resistente a la suciedad y el agua.
Hay varias formas de sujetar las riendas, a continuación vamos a ver mediante gráficos las más comunes en equitación.
Dos riendas en una mano
Dos riendas a dos manos
Cuatro riendas a una mano
Cuatro riendas a dos manos
Una reflexión final
Quiero finalmente hacer una analogía entre la equitación y la música o cualquier otra actividad artística que se te pueda ocurrir.
Nuestras manos deben tener la suficiente sensibilidad como para producir verdaderas obras de arte con nuestro binomio. No es un asunto de pocos meses de entrenamiento. Requiere muchos años de esfuerzo y práctica continua.
La acción de las manos en equitación, actuando armónicamente con las ayudas de piernas y asiento, producirán la respuesta adecuada por parte del caballo. Y todo este conjunto creará sensaciones y experiencias fascinantes.
Referencias bibliográficas:
- Zoe St Aubyn (2008). “Manual de equitación”
- The British Horse Society (2005). “Manual de equitación”
- Federación ecuestre alemana (2005). “Principios de la equitación”
- Jean D’Orgeix. Doctrina y método “Técnica de equitación”